Transcribo aquí unas palabras de mi admirado colega Everett C. Olson (1910-1993) que pronunció en una entrevista hacia 1982, tras algunos años de haberse jubilado como Catedrático de Paleontología de Vertebrados:
"I don't know how a person who is a historian of this sort [a paleontologist] can have any worry about death, because you're just part of a chain which has been going on for at least three and a half billion years. And things live and things die, and when you do, it causes a mess temporarily; a little whirl in your own society, but that's all. And we are a single species; one of probably ten million species that exists on the earth today, and of countless millions that have existed in the past. And we're a small segment in time; a transition from when we weren't to when we won't be, which I hope isn't as sudden as it might be".
(M.A. Bell, 1998: Academy of Sciences, USA, Biographical Memories, 75: 241 p.)
Traduzco así:
"No sé cómo una persona que se dedica de esta manera a la historia (un paleontólogo) puede tener ninguna preocupación sobre la muerte, porque tú eres parte de una cadena que ha ido avanzando durante al menos tres y medio millares de millones de años. Y las cosas viven y las cosas mueren, y cuando lo haces tú, ello causa un lío temporalmente, un pequeño remolino en tu propia sociedad, pero eso es todo. Y nosostros somos una única especie; una entre probablemente diez millones de especies que existen en la Tierra hoy, y de los incontables millones que han existido en el pasado. Y somos un pequeño segmento en el tiempo; una transición desde cuando no éramos a cuando no seremos, que espero no sea tan repentina como pudiera ser".
Creo que Olson transmite muy bien el relativismo y distanciamiento que un científico puede ir adquiriendo respecto a su propia situación personal en el mundo, al ir aumentando su escala mental del espacio y del tiempo.
Como paleontólogo, uno tiene una perspectiva muy amplia del destino de muchas especies y linajes (tan longevos como las cucarachas; tan impresionantes como los dinosaurios, tan extendidos como los ammonites). Aún así, muchos científicos, incluídos muchos paleontólogos, consideran al ser humano como un misterio único y extraordinario.
El interés de los anglosajones por las biografías está empezando a desarrollarse en nuestro país (oír por ejemplo, el magnífico programa de Gonzalo Ugidos en Radio5: "Vidas contadas"). Sin embargo, no es todavía frecuente el poder obtener una imagen que nos lleve a entendernos, como peculiar especie biológica, a través de las variadas trayectorias personales que conocemos de algunos personajes y de nuestras personas allegadas.
¿Somos una especie entre otras (como pensaba Olson), por más que podamos constituir un linaje diferente dentro de todos los seres vivos? ¿O somos una especie distinta, con un destino trascendente que no tendrían otras especies?
Y personalmente ¿compartimos exactamente el mismo destino (sea el que sea) con todos los demás seres humanos? ¿O tenemos una trayectoria propia de nuestro grupo (etnia, pueblo, nación, país...)? ¿O tenemos una trayectoria individual, "personal e intransferible", diferente a la de cualquier otro ser humano?
Aunque lo parezcan, quizá no sean estas preguntas sólo retóricas cuyas respuestas estén flotando al viento. Del estudio de muchas trayectorias individuales se puede llegar a obtener un modelo verificable que responda a una pregunta simple: ¿somos una especie como cualquier otra?
martes, abril 29, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario